… En la columna
anterior describí un poco, el comienzo de esta larga historia que viví en el
fútbol nacional, más específicamente con nuestra amada y querida selección vinotinto.
Para poder tener una
idea global de estas experiencias, únicas e irrepetibles, ya que sucedieron en
etapas donde el futbol era el deporte casi olvidado e inexistente para nuestros
paisanos. En días pasados en la Isla de Margarita, participe en una convención
sobre el crecimiento personal o estructural de aquello que comienzas y no sabes
a donde te llevara sin un objetivo, allí aprendí que cuando inicie esta carrera
sabia que algún día lograríamos algo y en esta segunda parte haré mención a
esas personas que de una u otra forma contribuyeron a este camino empedrado, y
que hoy es una autopista estructural más cómoda que la que teníamos en esa
época.
Recuerdo que
comenzaban a llegar técnicos, Don Víctor Pignanelli, hombre que aporto sus
experiencias y que dejaba que las cosas se dieran de acuerdo a lo que había;
poca ropa, pocas concentraciones, cuerpo técnico mínimo, pero te dejaba esas
palabras de sabiduría eterna, siempre me decía: “Napo adelántate siempre como
lo haces, pero no solo aquí, en la vida también” jamás olvidare esas palabras,
me sirvieron y me sirven de mucho. Con su experiencia en el futbol uruguayo, colombiano…,
me hacia cuentos de esos equipos y yo anotaba, trataba de mejorarlo a mi manera,
en el momento de su salida, me dio un gran abrazo y me dijo: “si hubieses
estudiado lo que fuese, serias perfecto”. Eso me comprometió cada día más a
mejorar y luego de su muerte todavía recuerdo sus palabras.
Luego tuve la
responsabilidad única de hacer todo los trámites para traer a Ratomir
Ducjkovi, ya se había contratado
directamente entre el Presidente y Vladímir Popovic, pero se nos paso el tiempo
y casi firma con la Federación Peruana; ya que por coincidencia de la vida en
el aeropuerto de Buenos Aires alguien me comentó que Ratomir iba a Perú.
Inmediatamente y desde mi casa llame a Ducjkovic aproximadamente a las 4 de la
mañana de Belgrado y me dijo que esperaba una llamada de las dos federaciones y
la que llamara primero con esa firmaría y así fue, al día siguiente le enviamos
los boletos, para poder obtener la visa de transeúnte, requisito indispensable
para entrar al país. Este ciclo dejo aun mas experiencias al futbol Venezolano,
comenzaron mas exigencias, se busco un sponsor en Los Ángeles, Usa. Allá
viajamos para traer los uniformes de la selección marca ESCOR, se comenzó a
manejar mejor la alimentación, con criterios más profesionales, normas escritas
y firmadas por jugadores, entrenamientos en jornadas dobles, exigente. También
se trajo un preparador de arquero Yugoslavo, las concentraciones eran más
organizadas, en fin esos cambios dieron para que comenzaran resultados
deportivos: Dolguetta logra ser goleador de la Copa América y se le gana a
Ecuador en Puerto Ordaz.
Pero, allí me dejó
aun más experiencia organizativa, “ya que conocía mucho de esto” me decía a mí
mismo; claro está, aún empezábamos a conocer este mundo. Hay muchas historias en
este ciclo, pero no alcanzara tinta para escribir.
Luego “El señor”, el
gran José Omar Pastoriza, quien más que yo no daría, para que aun estuviese
entre nosotros! La primera reunión de trabajo que se realizo con “El Pato” fue
en Rio de Janeiro, ya que me encontraba concentrado en esa ciudad con dos
selecciones y Lino Alonso como técnico de ambas. Aprovechamos para que fuese
Pastoriza desde Buenos Aires hasta esa ciudad y lo espere en el aeropuerto de
Rio, allí me dijo: “Tengo referencia de vos´ decime cuanto ganas?” Y le dije: “Que
tiene que ver eso con el compromiso que tengo de ponerlo al día en lo que le
viene”, me dijo “Vamos a crecer Napo, vamos a ganar y perder, pero lo que si te
puedo asegurar, es que nos vamos a reír”. Inteligente, visionario, “zorro viejo”,
jugador de casinos, amaba el fútbol, bohemio, sencillo, gran jugador, defendía
sus derechos… Me decía “de todo lo que soy, agarra lo que quieras, menos fumar
y jugar casino, lo demás te va hacer falta en la vida”. Comenzó a buscar
jugadores, viajaba mucho viendo juegos nacionales, jamás hacia un comentario
negativo de sus observaciones, me las comentaba siempre con este epílogo, “solo
vos y yo sabemos esto”. Por eso jamás escribiré tantas cosas que me dijo por
respeto a su memoria. Pero si alguien cambió el curso de esta historia fue JOSE
OMAR PASTORIZA.
Quedan otros ciclos
importantes, pero lo dejaremos para otra oportunidad, disfruten de esta
columna.
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